Las arañas de vidrio o cristal están por todos los puestos en todos los tamaños. Las más chicas desde $300. La naranja cuesta también $300, sin la base, pero hay algunas pantallas parecidas blancas lisas redondas a menos de $100. Todas tienen mínimo 50 años y son clásicos. Gusto mucho de la plateada, mejor ni saber el precio.
Colecciono tazas y estás me dan ganas de tirar abajo la biblioteca y tenerlas en exposición. La primera tiene dibujos orientales, la segunda (preferida) dice «Mamá» y la tercera es una de las miles que tiene un puesto en donde sólo hay teteras y tazas de todos los países épocas y formatos. Las tres rondan los $100. El único problema para los que gustan de tener juegos de vajilla es que muchas veces hay sólo un ejemplar de cada diseño. Mucho bar de Palermo se aprovechó de eso para que ningún plato ni vaso sea igual a otro. No me quejo. Lindo de su parte.
Algunos extras. La primera es una sillita que salió de un juego de muñecas de 1900. Por eso el precio enorme para semejante miniatura. Los relojes (todos en funcionamiento). ’50, ’80 y ¿Dónde, dónde está Dibu?Uno de los pasillos de muebles. Armarios preciosos barnizados y listos para la habitación de la dama y el caballero. Y uno de mis queridos teléfonos de los ’60 que créalo usted o no, funcionan. En uno de los puestos más finos cuestan $350 y hay amarillos, azules y rosas.
Gran paseo y grandes compras para los que gustamos de las habitaciones rellenas (probablemente porque vimos demasiado Oye! Arnold) y rechazamos los cubos blancos como una opción de guarida.
Buenas noches y buenos aires.
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